¿Con qué frecuencia deben reemplazarse las pastillas de freno—¿hay que usar piezas del fabricante original? Muchos propietarios de automóviles no están seguros.
2025-05-30
La importancia del sistema de frenos de un automóvil va por sí sola: todo propietario de vehículo ya debería comprender esto claramente, ya que cualquier problema que surja puede volverse bastante complicado de resolver más adelante. Generalmente, un sistema de frenos está compuesto por componentes como el pedal de freno, el servofreno, la luz indicadora de frenos, el freno de estacionamiento y los discos de freno. Cualquier mal funcionamiento en estas piezas merece atención inmediata. Por ejemplo, las pastillas de freno: aunque no necesitan reemplazarse con demasiada frecuencia, es fundamental prestarles mucha atención según el kilometraje o los intervalos de reemplazo. Retrasar demasiado su sustitución puede comprometer significativamente su rendimiento. Entonces, ¿con qué frecuencia deben reemplazarse las pastillas de freno? Y, ¿realmente es necesario seguir utilizando piezas originales del fabricante? Muchos conductores no lo tienen del todo claro, así que hoy profundizaremos en los detalles.
Si bien el reemplazo de las pastillas de freno está estrechamente relacionado con el kilometraje, los dos no son directamente proporcionales. En otras palabras, varios otros factores también influyen en la frecuencia con que es necesario reemplazar las pastillas de freno, como los hábitos de conducción del conductor y el entorno operativo del vehículo. Para la mayoría de los propietarios de automóviles promedio, las pastillas de freno suelen durar entre 25.000 y 30.000 kilómetros antes de necesitar reemplazo. Sin embargo, si tienes buenos hábitos de conducción (por ejemplo, evitando frenadas bruscas) y generalmente manejas en condiciones de carretera suaves —por ejemplo, utilizando tu automóvil principalmente para desplazamientos diarios— puedes extender de manera segura un poco el intervalo de reemplazo. De hecho, existen algunos métodos prácticos que los propietarios pueden utilizar para determinar si sus pastillas de freno están listas para ser reemplazadas.
Primero, puedes verificar el grosor de las pastillas de freno. Las pastillas de freno completamente nuevas suelen tener aproximadamente 15 milímetros de espesor, pero con el tiempo, las pastillas traseras se desgastarán gradualmente y se volverán más delgadas debido a la fricción. Si notas que las pastillas de freno se han reducido a aproximadamente un tercio de su grosor original—alrededor de 5 milímetros—quizás quieras considerar reemplazarlas.
En segundo lugar, también puedes evaluar el nivel de desgaste de tus pastillas de freno aplicando suavemente los frenos. Si, durante la conducción normal, al presionar el freno se produce un sonido chirriante—similar a la fricción entre dos superficies metálicas—, es una clara señal de que las pastillas ya están bastante gastadas y necesitan reemplazarse lo antes posible. De lo contrario, correrías el riesgo de experimentar una falla total del sistema de frenos. Por supuesto, este método es algo más complicado que simplemente verificar directamente el espesor real de las pastillas de freno, ya que otros ruidos—como el ruido del viento o el ruido de los neumáticos—suelen estar presentes mientras el automóvil está en movimiento. Estos sonidos externos pueden fácilmente ocultar el leve chirrido producido por las pastillas de freno al frenar. Además, los conductores experimentados que hayan desarrollado un agudo sentido del manejo de su vehículo podrán confiar en la sensación de su pie al pisar el pedal del freno. Si el pedal se siente blando, esponjoso o requiere significativamente más esfuerzo para ser presionado, y si la distancia de frenado aumenta notablemente, esto es otra fuerte indicación de que las pastillas de freno deben reemplazarse sin demora.
Entonces, ¿es necesario elegir pastillas de freno OEM al reemplazarlas? En realidad, no necesariamente—lo que más importa es la calidad y el rendimiento de las pastillas. Mientras se cumplan estos dos criterios, cualquier marca servirá. Además, al reemplazar las pastillas de freno, preste mucha atención a su coeficiente de fricción. Si es demasiado alto, podría provocar fácilmente el bloqueo de las ruedas; si es demasiado bajo, la eficacia del frenado podría verse afectada. En su lugar, opte por un nivel de fricción equilibrado. Por supuesto, tampoco descuide la comodidad. Por ejemplo, algunas pastillas de freno producen un ruido considerable al presionarlas, mientras que otras incluso podrían emitir humo, olores extraños o generar exceso de polvo. Claramente, este tipo de pastillas no cumplen con los estándares y deberían reemplazarse lo antes posible.